El poder del
ahora
Educa tu mente antes
de que te destruya. Llénate del aquí y del ahora y vivirás más feliz
Vivir el presente es
un reto, ya que desde siempre la mente humana suele aferrarse al pasado o a un
futuro incierto; la frase trillada de “Vivir como si fuera el último momento de
tu vida” ha sido dicha por infinidad de personas en momentos cruciales donde
ese presente es maravilloso. Pero vivir el presente cuando hay una
adversidad representa tener unas ganas enormes de adelantar el tiempo o atrasarlo
para evitar cometer errores que modifiquen la trama de la película de nuestra
vida.
Me he
encontrado con personas que dan la impresión de que no viven en el presente; se
sienten atormentadas por un pasado que, aunque lo intenten, jamás podrán
cambiar. Pero es más grave todavía tratar de vivir un futuro que es
prácticamente incierto; y no obstante los esfuerzos por escudriñar en los
laberintos de la mente, tratando de adivinar sus posibles realidades y
desenlaces, no está en nosotros conocer ese futuro y, por lo mismo, tampoco
podemos modificarlo a nuestro antojo.
Vivir en el presente
es “estar”. Es vivir con plena conciencia esos momentos que transcurren
mientras estás preocupado por lo que ya sucedió y no puedes cambiar, o por
eventos o circunstancias que aún no ocurren.
Vivir el presente es
disfrutar el aquí y el ahora. Si se le llama “presente” es precisamente
porque es un regalo, un obsequio que todos recibimos desde que nacimos, pero
que muchos ni siquiera lo abren durante sus vidas.
¿Crees que vale la
pena desperdiciar gran parte del tiempo llenándonos la cabeza de pensamientos o
temores de algo que probablemente nunca pasará? A veces creemos estar muy
concentrados en algo, pero de pronto nuestra mente se invade de malos recuerdos
del pasado y de miedos del futuro. Nuestra mente comienza a gobernarnos y nos
domina en lugar de que nosotros seamos los que la controlemos.
Siempre recomiendo un
ejercicio práctico para tratar de vivir siempre el presente:
Escoge una palabra
que sea como una especie de “ancla” que te regrese al aquí y al ahora. Un
ejemplo puede ser la palabra “focus”; que te enfoque y te retorne al “ahora”
siempre que tu mente comience a divagar.
Cuando tu mente se
distraiga en esa “basura” de pensamientos, que lo único que hacen es
desgastarte, porque no puedes hacer nada para cambiar las circunstancias,
pronuncia para ti mismo la palabra “¡focus!”, y verás que regresarás a tu
concentración. Esa palabra es la que he anclado en mi mente y durante
años, me ha dado buenos resultados.
He sido tan constante en mi esfuerzo por “enfocarme”, que cuando mi mente comienza a divagar y me lleva a lugares extraños, inhóspitos en los que nunca he estado, cuando me involucra con seres que sólo mi mente crea, con fantasmas del pasado y con malos pensamientos que sólo me quitan la energía, inmediatamente pronuncio “¡focus!” y me siento realmente liberado ya que me hace regresar al presente.
He sido tan constante en mi esfuerzo por “enfocarme”, que cuando mi mente comienza a divagar y me lleva a lugares extraños, inhóspitos en los que nunca he estado, cuando me involucra con seres que sólo mi mente crea, con fantasmas del pasado y con malos pensamientos que sólo me quitan la energía, inmediatamente pronuncio “¡focus!” y me siento realmente liberado ya que me hace regresar al presente.
Eckhart Tolle, en su
libro “El poder del ahora” recomienda un ejercicio que me ha sido muy
significativo, denominado “Observa tus pensamientos”.
“La mente, cuando no
está educada, se resiste a vivir en el ahora. Cuando esto te ocurra,
detente a “ver” tus pensamientos. Cuáles llegan sin invitación y nos
quitan energía. Simplemente “obsérvalos” y diles que no son
bienvenidos. Conviértete en un observador silencioso. No te
acongojes cuando lleguen esos pensamientos, sólo obsérvalos, detéctalos, trata
de ignorarlos y pronto se irán retirando porque no son invitados.”
Educa tu mente antes de que te destruya. Llénate del aquí y del ahora y vivirás más feliz. No dejes pasar como si fueran estrellas fugaces a esas personas que iluminan tu vida y que desean estar contigo, pero que tropiezan con tu indiferencia o sufren tu ausencia. Llénate de vida al estar despierto, escuchando, amando, hablando y sintiendo. Vivir el presente, escuchar con todo el cuerpo es amar con el alma.
He aprendido que es una gran verdad lo que nos han dicho por mucho tiempo: “cuando pasan los años, de lo que más nos vamos a arrepentir será, no de lo que hicimos, sino de lo que dejamos de hacer, de lo que no bailamos, de lo que no dijimos, de lo que no disfrutamos, de lo que no amamos.
Una vez le preguntaron a Buda qué era lo que a él le sorprendía más de la humanidad y respondió: “Los hombres que pierden la salud para juntar dinero y luego pierden el dinero para recuperar la salud; por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente; de tal forma que acaban por no vivir ni en el presente ni en el futuro; viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubieran vivido”.
John Lennon dijo una
vez: “La vida es lo que sucede mientras estás ocupado en hacer otros
planes”.
Este momento que
estás viviendo ahora, no se repetirá jamás; el reloj de nuestras vidas sigue en
movimiento y se detendrá en algún segundo inesperado. Pero mientras llega
ese momento, nos dedicamos a llenar nuestras horas con recuerdos, temores,
amarguras que no valen la pena.
Es por eso que te
recomiendo que vivas el presente, ¡vívelo con plenitud! Vive tus penas, vive
tus alegrías, vive intensamente todos los acontecimientos de tu vida ya que el
tiempo no perdona y no da marcha atrás.